domingo, 10 de abril de 2011

El fruto del silencio

El silencio ¿da fruto? ¿sirve para algo? ¿debería servir, acaso? El silencio, cuando no es simple ausencia de ruido, sino PRESENCIA  de quien te sobrepasa, ese silencio, sí da fruto.

Aunque, como le es propio, no es un fruto evidente, rotundo o imponente; sino sutil, mágico y frágil. Es pisar por este mundo de otra manera, como sobre una fina lámina de brisa... ¡todo eso y nada más que eso!

Madre Teresa lo expresó así:
El fruto del silencio es la oración.
El fruto de la oración es la fe.
El fruto de la fe es el amor.
El fruto del amor es el servicio.
El fruto del servicio es la paz
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