Hoy, Señor, no puedo
por menos que alabarte
porque Tú hace mucho,
mucho tiempo
alejaste mis pies de la tristeza.
por menos que alabarte
porque Tú hace mucho,
mucho tiempo
alejaste mis pies de la tristeza.
Robaste todas mis razones
para el odio, la queja y la ira.
Arrancaste de mí la soberbia
para que pudiera beber la vida.
para el odio, la queja y la ira.
Arrancaste de mí la soberbia
para que pudiera beber la vida.
Y no tuve tiempo, ni ganas,
ni supe hacer otra cosa
que no fuera amar.
ni supe hacer otra cosa
que no fuera amar.
Y tuve que vestirme de risas,
desempolvar mis canciones
y alcanzar tus sueños.
desempolvar mis canciones
y alcanzar tus sueños.
Y tuve que llenar mis días de flores,
mis ojos de brillos cercanos
y tener un corazón siempre a punto.
mis ojos de brillos cercanos
y tener un corazón siempre a punto.
Tuve que aceptar
un regalo por segundo,
acumulando agradecimientos.
Tuve que servirte,
acumulando agradecimientos.
Tuve que servirte,
y servirte nuevamente,
porque me hiciste tu instrumento.
porque me hiciste tu instrumento.